24 MAYO 2021

Los primeros de Grañón

ElLaboratorio de Evolución Humana de la UBU analiza los 110 esqueletos de la necrópolis hallada durante las excavaciones arqueológicas previas a la construcción de la A-12, una colección «súper interesante» sobre todo por la muestra infantil y juvenil

El origen del municipio riojano deGrañón, al pie de la Ruta Jacobea y a escasos dos kilómetros de la frontera con la provincia de Burgos, se remonta al sigloIX con la construcción del castillo -hoy ya desaparecido- en el cerro Mirabel. El rey de Castilla, Alfonso III, fue el monarca que mandó su edificación, y en el 885 ya hay mención del mismo en la Crónica Najerense. Sin embargo, las catas arqueológicas previas a la construcción de la Autovía delCamino de Santiago junto a la localidad, en el discurrir de la N-120, han sacado a la luz a un centenar de sus vecinos más antiguos, unos campesinos visigodos que habitaron la zona entre los siglos VI yVIII.

A finales del pasado mes de julio, cuando se iniciaron los primeros pasos para construir un nuevo tramo de la A-12 entre Santo Domingo de la Calzada yVillamayor del Río, los arqueólogos destaparon una necrópolis que no por conocida su ubicación -se localizó en 2013 en unas catas previas- dejó de sorprenderlos.

Estos restos fueron a parar al Laboratorio de Evolución Humana de la Universidad de Burgos, que ha realizado un amplio informe antropológico de los mismos para tratar de comprender algo más sobre sus hábitos básicos.«Cuando salió la noticia pensé que esa necrópolis nos podía ir muy bien para nuestros estudios, y cuando me la ofrecieron ni lo dudé», recuerda Rebeca García, una de las profesoras encargadas junto a José Miguel Carretero de manejar los restos. García destaca del hallazgo tanto el número de individuos que han salido a la luz como la alta presencia de población infantil. En total han recuperado 110 esqueletos, de los cuales alrededor del 40% se encuentra en la franja de los 0 a los 3 años -con dos neonatos-.

El pasado 8 de septiembre comenzaron a elaborar el informe antropológico que han entregado a principios del presente curso. Antes de empezar a redactar el documento, tanto Carretero comoGarcía, ayudados por el equipo formado por MartaFernández, Julia Muñoz, Nico Chiroto y Beatriz Delgado, tuvieron que lavar todos los huesos y conformar un inventario exhaustivo de todas las piezas.Ello incluyó anotar una especie de DNI o de identificador de cada elemento, por muy pequeño que fuera, para que este sea fácilmente localizable. Posteriormente arrancaron con el análisis antropológico básico, que les sirvió para estimar parámetros tales como el sexo, la edad, el peso, la altura o las posibles enfermedades que han dejado sus marcas en los huesos. «Llegaron directamente de la necrópolis y tuvimos que lavarlos a conciencia.Tenían mucha tierra, fue una tarea larga», recuerda RebecaGarcía.

Los primeros resultados arrojan que el enterramiento está compuesto por individuos de todas las edades, aunque con dos picos de mortalidad, tanto entre los 0 y 3 años como a partir de los 60, un estrato de la población que apenas representa el 5% de la muestra recogida. Por géneros la distribución entre hombres y mujeres es prácticamente pareja, con una estimación de su estatura de 1,60 en ellas y de 1,64 en ellos. Las primeras aproximaciones apuntan a que la necrópolis podría haber sido un cementerio tal y como lo conocemos en la actualidad, ya que la inmensa mayoría de las fosas estaban ocupadas por un solo individuo -contados son los casos en los que se han hallado dos o más-.

Revelaciones. Del estudio antropológico se han logrado extraer conclusiones relevantes, tales como que una parte muy importante -por no decir que todos- los sujetos sufría numerosas patologías dentales (caries y sarro sobre todo) o que el estilo de vida, donde primaba el esfuerzo físico en el día a día, les provocaba daños en las rodillas u otras articulaciones. «Muchos presentan patologías degenerativas en la columna vertebral u osteoporosis, sobre todo en el cráneo y relacionada con la anemia», indica Chiroto, que relaciona estos problemas con el trabajo y las posturas que adoptaban mientras cazaban o recolectaban.

Todo ello hace entrever que la necrópolis podría pertenecer a un poblado de campesinos que labraba el campo, de ahí las patologías degenerativas en los huesos, y no a un enterramiento de nobles. «Cuando los comparemos con otras poblaciones visigodas de la Península es muy probable que nos salga una similitud genética con otros visigodos de la época», apunta Rebeca García.

«Es una colección súper interesante, los esqueletos están bastante bien conservados.Es una población con un potencial enorme y nuestra intención es continuar analizándolos», explica. El siguiente paso a dar abre ya el camino de los análisis de isótopos estables, de tomografías o todo lo que les ayude a comprender cómo vivían, qué comían o qué enfermedades pasaron. Además, les gustaría poder realizar estudios de ADNantiguo para poder ver con qué otros individuos se relacionaron. «Resultaría interesante ver qué papel jugaron dentro del intercambio genético de poblaciones del norte de la Península Ibérica, si fueron un pueblo más bien hispano-romanos o si por contra más venidos de Europa», apunta Muñoz.Para poder pasar los hallazgos por toda esa batería de datos, del que se puedan derivar futuros estudios, no obstante es necesaria financiación.

Sea como fuere, y dado el enorme interés que han levantado estos restos y el tremendo potencial que se abre ante sí para los profesionales de la Universidad de Burgos, los resultados van a ser expuestos en un congreso virtual esta misma semana sobre paleantropología. En él darán a conocer las diferencias, ventajas y desventajas entre la restauración manual y la virtual de hasta seis cráneos de la necrópolis de Grañón que el equipo ha logrado reconstruir. Y solo es el principio...